Aislamos tu casa en un solo día y sin obra

¿Qué es el ahorro energético?

Si realizamos un repaso por todas las actividades que realizamos a lo largo del día, veremos que la energía está presente en la mayoría. De ahí la importancia de ser conscientes sobre distintos aspectos a tener en cuenta en su consumo, para contribuir a conservar el medioambiente y permitir el desarrollo sostenible.

Pero ¿cómo ahorrar energía? Existen numerosas acciones que podemos tener en cuenta para fomentar el ahorro energético, pero las más sencillas se encuentran en pequeños gestos de nuestras rutinas diarias. La modernización de nuestro estilo de vida ha llenado los hogares de electrodomésticos y otros aparatos electrónicos que nos facilitan la vida, pero que debemos aprender a utilizar de una manera eficiente.

Las etiquetas energéticas

A la hora de renovar los electrodomésticos de nuestro hogar, es muy importante que tengamos en cuenta sus características energéticas, ya que no todos consumen lo mismo. Para identificar esto de una manera sencilla, se creó la etiqueta energética que indica el consumo de energía de los electrodomésticos. Su utilización es obligatoria desde el año 1995 según la normativa de la Unión Europea (Directiva 95/12).

En la etiqueta energética se muestran los niveles de consumo de energía de los aparatos mediante una letra que va desde la A (color verde) hasta la G (color rojo), estableciendo siete niveles. En la actualidad, cuando la mayoría de los aparatos de un determinado tipo llega a la clase A, pueden añadirse a la escala hasta tres clases adicionales: A+, A++ y A+++. En cuanto a las diferencias entre los distintos niveles, debemos tener en cuenta que un electrodoméstico de clase A+++, por ejemplo, consume un 22% menos de lo que consume uno de tipo medio.

Esta medida se estableció para fomentar el ahorro de energía y el desarrollo sostenible de dos formas. Por un lado, animando a los consumidores a apostar por aparatos electrónicos más eficientes para reducir su factura y, por otro, alentando así a las empresas a invertir en el desarrollo y diseño de productos de bajo consumo.

Etiquetas energéticas de distintos niveles de eficiencia.

Consejos para ahorrar electricidad en la climatización del hogar

La calefacción, los climatizadores y los aires acondicionados suponen otro de los principales gastos de electricidad de los hogares. Para climatizar una casa de una manera sostenible y ahorrar energía, deben tenerse en cuenta algunos aspectos:

  • Temperatura: lo ideal es una temperatura interior de 19 a 21 º C en invierno y de 22 a 26 º C en verano. Salirse de estas recomendaciones, bien de frío o de calor, supondrá un mayor gasto de energía.
  • Ventilación: es importante renovar el aire de las casas, pero hacerlo de una forma correcta te ayudará ahorrar energía. El tiempo recomendado para ventilar sin que se enfríe o caliente demasiado es unos 10 minutos, y hacerlo a primera hora de la mañana.
  • Orientación del edificio: si vas a construir, comprar o alquilar una vivienda, debes tener en cuenta su orientación si lo que quieres es ahorrar en gasto energético. Las viviendas orientadas hacia el sur o este aprovechan el sol y calor de la primera parte del día, mientras que las orientadas hacia el oeste acumulan demasiado calor en verano.
  • Aislamiento térmico: un buen aislamiento del hogar es clave para mantener la temperatura y ahorrar energía.
  • Complementos para equilibrar la temperatura: el sol es un gran aliado para climatizar nuestro hogar y ahorrar en electricidad siempre que sepamos dejarlo entrar en invierno y evitar su paso en verano.
    • Ventanas: el doble cristal permite ahorrar un 25% de energía en calefacción y aislar del ruido del exterior.
    • Persianas: ayudan a ventilar la casa en verano bloqueando el paso del sol.
    • Cortinas: permiten conservar el calor de las habitaciones en invierno y evitar el paso de sol en verano.
  • Aparatos para refrescar el ambiente: el ventilador consume menos energía que el aire acondicionado.
  • Aparatos para calentar el ambiente: las calefacciones centralizadas de gas son las que menos consumen.
  • Suelo radiante: es útil para tener una temperatura constante en todas las habitaciones, porque propaga el calor por el suelo.

Control solar o la gestión de la energía

Continuamos con la serie sobre los cambios y modificaciones que afectan al “Real Decreto 732/2019, de 20 de diciembre, por el que se modifica el Código Técnico de la Edificación, aprobado por Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo”. 

Objetivo del indicador de control solar

El indicador de control solar (Qsol;jul/Autil) tiene como objetivo asegurar la capacidad de control efectivo de las ganancias solares, limitando el impacto de la radiación solar en la superficie acondicionada, atendiendo por tanto más a una capacidad cualitativa de ofrecer una prestación que a su cuantificación en términos energéticos.

Mide la posibilidad de controlar las ganancias solares (incluyendo el uso de dispositivos solares móviles y el efecto de otros obstáculos fijos o remotos).

La justificación del control solar es obligatoria en el caso de edificios nuevos (salvo los casos excluidos: Edificios protegidos, Construcciones provisionales (<2 años), Edificios Industriales, de defensa o agrícolas con baja demanda energética, Edificios aislados Sutil < 50 m2), una ampliación, un cambio de uso o una reforma donde se renueve más del 25% de la envolvente.


Evaluación energética

Viuda de Manuel Vicente realizará un estudio exhaustivo que permitirá evaluar y trazar una imagen fiable del rendimiento energético global de sus instalaciones:

  • Toma de datos de las instalaciones.
  • Análisis de consumos energéticos.
  • Desarrollo del balance energético.
  • Establecimiento de indicadores energéticos.
  • Reconocimiento de las ineficiencias energéticas.
  • Definición de las medidas de ahorro.
  • Desarrollo del Plan de acción en función del periodo de retorno simple.
  • Estudio de financiación, ayudas y subvenciones.
  • Resumen ejecutivo con medidas y propuestas de ahorro energético.
  • Registro administrativo de Auditorías Energéticas


Problemas de condensaciones

Las humedades de condensación consisten en la aparición de agua en estado líquido en alguno de los cerramientos de la vivienda. Estas humedades se deben al exceso de vapor de agua en el aire el cual, al contacto con un cerramiento frío, condesa produciendo el agua líquida. Es un cambio físico y natural del agua.

El mejor ejemplo para entender las humedades de condensación es pensar en el espejo del baño después de una ducha de agua caliente. La humedad contenida en el aire se transforma en gotas de agua en el espejo por ser este una superficie fría.

Causas y problemas ocasionados

Las condensaciones producidas en los cerramientos dependen de muchos factores: la temperatura ambiente de la vivienda, la temperatura de los cerramientos, la existencia de aislamiento térmico, la renovación del aire mediante la ventilación, etc.

Las humedades no sólo provocan un daño estético sino que afectan seriamente a la salud de los ocupantes y a las condiciones de salubridad de la vivienda.

Pueden ser de carácter superficial o intersticial dependiendo el lugar de la envolvente donde se produzcan (en el interior o en la superficie), dando lugar a diferentes patologías. Si sufres de humedades en tu vivienda puedes solicitar un informe pericial de humedades a un profesional para poder saber exactamente el motivo de las humedades y posibles soluciones.

Sintomatología y manifestaciones de las humedades por condensación

Estas humedades se manifiestan normalmente en forma de vaho en los cristales, manchas negras en suelos y techos, hongos, etc. Comienzan con la aparición de pequeños puntos negros en los encuentros entre las paredes y los forjados. Estos se van ampliando de forma progresiva dando lugar a la aparición de hongos y manchas importantes.

  1. Hongos en paredes y techos
  2. Condensaciones en las ventanas
  3. Moho en ropa y armarios
  4. Olor a humedad
  5. Charcos
  6. Muebles mojados
  7. Etc.

Cuáles son las causas de estas humedades

Las humedades por condensación pueden aparecer por diversas causas. Entre ellas las más comunes son la falta de ventilación, la ausencia de aislamiento térmico en la envolvente del edificio, falta de calefacción, o excesiva producción de vapor de agua. Muchas veces estas causas pueden darse de forma simultánea.

  • Falta de ventilación:

En la actualidad las viviendas cuentan con muchos materiales impermeables como las pinturas plásticas. Estos impiden la ventilación pasiva a través de los cerramientos. Si a esto le unimos una falta de ventilación periódica para la renovación del aire interior mediante la apertura diaria de las ventanas, obtenemos uno de los principales causantes de estas humedades.

  • Ausencia de aislamiento térmico:

La falta de aislamiento térmico en las envolventes del edificio y en las carpinterías, puede provocar puntos fríos que favorezcan la aparición de las humedades. Normalmente los puentes térmicos son los lugares más propensos para su aparición. Estos se corresponden con encuentros entre forjado y fachada, estructura del edificio, esquinas, cubierta, terreno, etc.

  • Calefacción:

El uso descontrolado de la calefacción puede ser un factor importante para la aparición de humedades. El aire caliente admite mayor humedad siendo transmitida luego hacia los paramentos. Los cambios bruscos de temperatura o la variación brusca de temperatura entre el aire interior y los paramentos pueden provocar humedades.

  • Excesiva producción de vapor de agua:

La generación de vapor de agua es un proceso natural del ser humano, que se produce en la respiración y en la transpiración. Pero también se genera vapor con otras actividades cotidianas como las duchas de agua caliente, la cocina, el secado de la ropa en el interior, etc. Un exceso de producción de vapor de agua incrementa las opciones de aparición de humedades.

Cómo evitar las humedades

La primera medida y la más sencilla, es llevar acabo ventilaciones diarias de 10 minutos de duración. Si la humedad es muy importante se realizarán dos veces al día. Una ventilación cruzada favorecerá una renovación del aire más rápida. Junto a esta medida se recomienda controlar la generación de vapor de agua evitando secar la ropa en el interior de la vivienda, ventilando los baños después de las duchas de agua caliente, o utilizando el extractor de la cocina para evitar la humedad generada.

La segunda medida por grado de dificultad, es el control de la climatización de la vivienda, manteniendo una temperatura adecuada y constante en el interior. Recordamos que la temperatura media aconsejada para las viviendas es de 25°C en verano y 21°C en invierno.

Por último procederíamos a la mejora del sistema constructivo de la vivienda. Para ello debemos mejorar las carpinterías existentes utilizando materiales que dispongan de rotura de puente térmico, vidrios con alta resistencia térmica, etc.

Otro punto de mejora sería la incorporación de aislamiento térmico en la fachada, intentando eliminar los puentes térmicos que existan o láminas para vapor que minimicen el riesgo de condensaciones intersticiales o superficiales. La instalación de un sistema de ventilación mecánica mejora significativamente el intercambio y la renovación de aire.

Cómo reparar las humedades

Si las humedades están localizadas en un punto en particular de paredes o techos, se recomienda mejorar el grado de aislamiento de la envolvente (fachadas y carpinterías). Esto se puede realizar a través de la incorporación de aislamiento térmico por el exterior (sistema SATE), en el interior de la cámara de la fachada, o en el interior de la vivienda.

Si las humedades se localizan en los marcos de ventanas, se recomienda la sustitución por carpinterías con rotura de puente térmico y doble vidrio.

El tratamiento de las humedades existentes se realiza con el pintado de la zona. Se recomienda utilizar pinturas transpirables que permitan el intercambio pasivo del aire interior de la vivienda.

Por último, existen aparatos llamados deshumidificadores que eliminan la humedad existente en el aire. Esta no es la solución ideal ya que tan sólo se minimiza el problema y las consecuencias sin atajarlo de raíz.

Consejos para evitar puentes térmicos

Cómo evitar los puentes térmicos

La solución perfecta para evitar los puentes térmicos es sencilla: mediante un sistema de aislamiento térmico. Los puente térmicos se producen porque determinadas zonas de la envolvente del edificio cuentan con una escasa resistencia térmica. Por tanto, para eliminarlos por completo hay que reforzar la parte exterior del edificio con un aislamiento térmico.